Especial interés cobran las relaciones interpersonales y la necesidad de pertenencia y afiliación al grupo de iguales. El gran reto es la consecución de autonomía personal respecto del sistema familiar.

Puede ser una etapa convulsa que afecte a la armonía de la vida familiar y al rendimiento académico y, aun así, tratarse de una conducta normativa y propia de la etapa del desarrollo.  Es importante prestar atención y observar si se produce deterioro en algún ámbito o si causa malestar y sufrimiento. En ambos casos, sin duda la recomendación es pedir ayuda y solicitar terapia psicológica para adolescentes.

En esta etapa de cambios y retos, consultar con un psicólogo para adolescentes cualquier dificultad o inquietud que surja es importante para que la experiencia de socialización y conquista de autonomía no se vea afectada.