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Terapia para el tratamiento del TRAUMA
Los Trastornos relacionados con traumas y factores de estrés son trastornos en los que la exposición a un evento traumático o estresante siempre está presente de manera explícita. Tanto si se ha experimentado en primera persona como si se ha sido testigo o se ha oído.
Tras la exposición a la experiencia traumática pueden aparecer síntomas que se escapan del control voluntario de la persona y causa muchísimo sufrimiento psicológico de índole muy variado.

Pueden aparecer síntomas como el miedo y la ansiedad, síntomas anhedónicos, o síntomas disfóricos expresados a través de una gran hostilidad y, otras veces, pueden emerger síntomas disociativos.
Se trata de respuestas naturales internas del organismo ante una agresión traumática, cuya finalidad es recuperar la homeostasis interna perdida y llegar al equilibrio.
El daño psicológico sufrido se refiere, por un lado, a lesiones psíquicas agudas producidas por el propio suceso y, por otro lado, a las secuelas emocionales que persisten de forma crónica como consecuencia de lo ocurrido y que interfieren significativamente en la vida cotidiana de la persona.
TRASTORNO DE ESTRÉS POSTRAUMÁTICO
Exposición a eventos traumáticos, tanto de forma directa como en calidad de testigo, o conociendo los hechos ocurridos a un familiar muy próximo.
Sintomatología intrusiva como recuerdos, reexperimentación y reacciones fisiológicas intensas. Alteraciones cognitivas, percepción distorsionada, creencias y expectativas negativas, estado emocional negativo, pérdida del interés, desapego y extrañeza respecto de los demás, afecto embotado, incapacidad persistente para sentir emociones positivas como felicidad, alegría o ternura, hipervigilancia y sobresalto, irritabilidad, conductas de riesgo y/o autolesivas. Sueños recurrentes angustiosos de temas representativos o relacionados con las principales amenazas vividas.
También pueden presentarse estados disociativos en los que se reviven los detallen del suceso traumático y la persona lo reexperimenta en el momento presente, despersonalización (sentirse y experimentarse separado de uno mismo), desrealización (experimentar el entorno como irreal, como en un sueño o una nebulosa, tener una visión distorsionada)
Algunas personas podrían tener incapacidad para recordar aspectos importantes del hecho traumático (amnesia disociativa).
El intenso malestar asociado da lugar a respuestas evitativas persistentes. Los estímulos asociados al trauma se van a evitar de forma persistente, la persona puede negarse a hablar de esa experiencia, a ver noticias relacionadas, a ir al lugar donde ocurrió el trauma, o a tener interacción con personas relacionadas. Es decir, cualquier estímulo que recuerde el trauma se tenderá claramente a evitar
La reacción psicológica ante la situación vivida depende de:
– Intensidad del trauma.
– Circunstancias en las que se da el trauma.
– Edad y recursos psicológicos propios con los que cuenta la persona.
– Historia de agresiones previas y estabilidad emocional anterior al trauma.
– Apoyo social y familiar recibido.
Todos estos elementos van a interaccionar de forma variable en cada caso concreto, y configurarán las diferencias individuales que se constatan en las víctimas de un mismo hecho traumático. Cada persona va a tener una sintomatología variable, aunque el trauma vivido sea el mismo.
TRASTORNO DE ESTRÉS AGUDO
La característica fundamental es el desarrollo del cuadro sintomatológico completo y su posterior desaparición espontánea transcurrido un mes.
TRAUMA COMPLEJO
En este caso no se trata de un suceso traumático definido y concreto que es posible nombrar y señalar. Se trata de múltiples sucesos de experiencias relacionales repetidas y negligentes, por acción u omisión, viéndose afectado el sistema psicobiológico del apego y la personalidad, y causando sintomatología de trauma.
Además, la persona se encuentra inmersa en el contexto relacional traumatizante sin poder escapar de él, bien porque se trata del entorno laboral y no hay alternativas disponibles, porque se trata del sistema familiar y la persona no es autónoma por edad o por discapacidad, o por tratarse de otro ámbito relacional o institucional en el que la persona se siente atrapada por dependencia o por sentirse vulnerable e incapaz.
En relación al sistema de apego, es típico desarrollar un apego inseguro y a veces apego desorganizado.
Mientras que la estructura de la personalidad se fragmenta, da lugar a partes con autonomía propia e implica una discontinuidad importante en el sentido del yo. Esta ausencia de integración entre partes puede manifestarse como una desconexión del cuerpo, extrañeza ante las sensaciones somáticas, distanciamiento de la propia conducta motora, o pensamientos e ideas contradictorias que coexisten.