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Problemas de AUTOESTIMA y tratamiento de la TIMIDEZ
Autoestima es la autovaloración que hacemos sobre nosotros. Consiste en sentir aprecio hacia nosotros mismos y experimentarnos valiosos y merecedores. Para nuestra salud psicológica y emocional es esencial disfrutar de niveles óptimos de autoestima porque implica estar preparado para afrontar las vicisitudes de la vida y tener mayor confianza en uno mismo y en los demás.

Por el contrario, la autovaloración negativa y carencial de nosotros mismos lleva implícita la percepción de no ser merecedores de buenas oportunidades, infravaloración del yo, lealtad y afecto en las amistades, reconocimiento profesional, o relaciones de pareja y familiares satisfactorias y equilibradas. Y merma a la persona en su capacidad para hacerse cargo de su vida, asumir retos y responsabilidades, resolver problemas o hacer frente a dificultades. Llevando a un bucle de inseguridad, ansiedad, inadecuación y dependencia emocional, sin salida aparente.
Necesitamos romper esta dinámica y recuperar la autoconfianza para no caer en una vida empobrecida y gris. Para ello, es esencial ver cómo se ha ido gestando en nosotros esta frágil autoestima y de qué manera podemos salir de ahí. Consulta con un psicólogo especialista en problemas de autoestima, tanto de forma presencial en Madrid como online mediante videoconferencia. ¡No te conformes!
La timidez es la respuesta emocional desencadenada en el ámbito social, muy determinante del modo inhibido e inseguro en que la persona se siente en relación a los demás. La oscilación en el grado mayor o menor de timidez es característico de las diferencias individuales, igual que la extraversión o la introversión, el gusto por el arte y la creatividad o la preferencia por la funcionalidad y concreción.
Por tanto, la timidez no es una respuesta psicopatológica, de hecho, como suele suceder, que sea adaptativa o desadaptativa no depende de la respuesta de timidez en sí misma sino de si se trata de un patrón inflexible y rígido, que se ha generalizado y se activa en cualquier situación social causando interferencias significativas en el día a día de la persona.
En estos casos, la vergüenza asociada lleva a la evitación de situaciones y eventos que originarán deterioro funcional en áreas importantes de la vida como son la académica en caso de niños y adolescentes que faltan a clase y evitan el contacto con iguales, laboral cuando un posible ascenso implica la exposición pública o argumentación en reuniones, el ámbito social se ve resentido impidiendo el desarrollo afectivo entre iguales.
Un tratamiento psicológico especializado puede ser muy eficaz para explorar y comprender a qué obedece este patrón adquirido y cómo se mantiene, así como desarrollar la potencialidad de un yo sólido, apoyado en las capacidades y recursos propios, realista, que brinde la posibilidad de desplegar nuevos modos de relación y habilidades sociales. Una buena terapia psicológica para tratar la timidez te abrirá a una vida con mayor soltura y satisfacción.
Problemas asociados a una baja autoestima y un patrón rígido de timidez
TRASTORNO DE ANSIEDAD SOCIAL O FOBIA SOCIAL
Ansiedad y miedo intenso, persistente y desproporcionado en situaciones sociales en las que uno es observado o queda expuesto al juicio y valoración de los demás. Subyace el miedo a ser avergonzado, humillado, rechazado; o el miedo a hacer algo que pudiera ofender a otras personas y, en consecuencia, no ser aceptado.
Se desarrollan estrategias evitativas que conducirán al deterioro funcional en distintas áreas importantes de la vida, y malestar intenso.
Si no se trata, en caso de niños puede desembocar en fobia escolar y su correspondiente fracaso académico y déficit en el aprendizaje y en el desarrollo social.
En caso de adolescentes, al ser una etapa en la que se configura el autoconcepto y la personalidad a través de la interacción con los demás, es particularmente importante evitar carencias y déficits significativos.
En ambos casos surgirán problemas interpersonales y carencias afectivas, asociado a malestar y sufrimiento, al no encontrar la manera de encajar y ser aceptado entre iguales.
IDENTIDAD Y AUTOCONCEPTO
La imagen corporal, la identidad personal y social, los autoesquemas, el autoconcepto y la autoestima, todos ellos procesos que configuran quién es la persona y desde dónde actúa, piensa, siente y se relaciona. Procesos que necesitamos comprender y saber si se han adquirido de forma adecuada para saber qué puede estar ocurriendo o el porqué de la forma de ser o de los problemas y dificultades que se presentan.
La identidad es lo que uno asume ser. Es la vivencia y representación que la persona hace de sí misma, lo que uno cree que es.
El autoconcepto es la representación mental global que la persona hace de sí misma, y que permite conservar el sentido de unicidad. No es un rasgo de la personalidad, sino que el conjunto de rasgos de personalidad que identificamos en nosotros. Surge de la interacción entre los esquemas personales adquiridos (a través de vivencias) y los esquemas sociales introyectados (cómo nos ven los demás). Cuando el autoconcepto de una persona se basa en esquemas sociales y depende de cómo le ven los demás, la persona queda a expensas de lo social y envuelta en la inestabilidad, inseguridad, temor en el desempeño de un rol, distorsión de la propia imagen y pérdida de contacto emocional con uno mismo.